martes, 7 de mayo de 2013

Placer para un músico.

Este placer lo experimentan los músicos al interpretar una obra que les guste en una orquesta, pero yo voy a contar el placer que se siente al interpretarla en la sección de chelos rodeada de mis compañeras y compañeros. Esta experiencia en particular la viví en un encuentro en el cual una de las obras que interpretabamos era "Adagio y Fuga en Do menor de Mozart".

Antes de que entre el director estas nervioso, miras a tu alrededor, ves al público y hablas con tus compañeros. Al entrar el director todos nos sentamos, se escucha el "la" dado por el oboe, el violín concertino afina y afinamos las demás cuerdas y el viento. Cuando permanecemos en silencio aparece el director y el público aplaude.

Miras a tu compañera, sonries y miras hacia delante, ves al director elevar los brazos, va a dar la entrada asi que preparas el arco sobre la cuerda, da la entrada y empieza a sonar. La música empieza a caminar, piano, fuerte, crecemos, decrecemos, toda la sección de chelos vamos al unísono, nos balanceamos hacia alante y hacia atrás, los arcos van iguales al igual que los dedos. Te equivocas y sonries al igual que tu compañera que te mira divertidamente. Te metes cada vez más en la obra, la disfrutas como si fuera la última que vas a tocar, estás llegando al punto culminante, miras al director, todo esta saliendo bien. Llega tu pasaje preferido y vuelves a mirar a tu compañera la cual también te esta mirando y vuelves a sonreir. Cada vez se acerca más el final. Notas como se eriza tu bello, toda tu piel se te pone de gallina, vuelves a mirar a tu compañera y teneis las dos las lágrimas saltadas. Sientes ese placer en que vas a acabar, todo tu cuerpo esta en tensión.

 Tocas los últimos acordes, todos juntos. Miramos al director y cierra, deja de sonar la música y al minuto se oyen aplausos. Todos nos levantamos y saludamos, el director se va y comenzamos a recoger, todos muy contentos. 

1 comentario:

  1. Me identifico totalmente con Teresa ya que he sentido eso mismo cada vez que voy a tocar en un concierto, la emocion que se siente cuando vas a empezar. los nervios que despues van desapareciendo poco a poco ya que contra más te metes en la obra más disfrutas, y es verdad que aun que parezca una tonteria esa sensación es mágica y para mi uno de los más grandes placeres de la vida.

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